Título: El corazón envidioso destruye desde adentro
Texto base: “El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30, RVR1960)
Ilustración:
Un día, un ángel visitó a dos hombres: uno era generoso y el otro envidioso. El ángel les dijo: “Pidan lo que quieran, pero lo que reciba uno, el otro recibirá el doble.”
El generoso pensó en pedir salud, pero temía que el envidioso recibiera aún más. El envidioso, molesto por lo que el otro pudiera recibir, dijo finalmente: “Hazme ciego de un ojo.” Así, el otro perdería los dos.
Este relato ilustra cómo la envidia no solo desea lo que el otro tiene, sino que prefiere sufrir con tal de ver al otro peor. La envidia consume el corazón como el óxido al metal: lentamente, pero de forma destructiva.
Aplicación espiritual:
- Caín mató a Abel por envidia (Génesis 4:3-8).
- Los hermanos de José lo vendieron por envidia (Génesis 37:11).
- Los líderes religiosos entregaron a Jesús por envidia (Mateo 27:18).
Conclusión:
El corazón envidioso no puede agradar a Dios ni vivir en paz. Solo cuando Cristo reina en el corazón, la envidia es reemplazada por amor y contentamiento.