Ilustración: “El banco dividido”
Un hombre cristiano entró a una iglesia un domingo por la
mañana. Se sentó en una banca de madera con espacio para varios. Poco después,
una familia de otra raza entró y se sentó junto a él. Inmediatamente, el hombre
se levantó y fue a sentarse al otro lado del templo, como si ese espacio ahora
estuviera “contaminado”.
Un anciano de la iglesia, al verlo, se le acercó y le dijo:
“Hermano, ¿te diste cuenta de lo que hiciste?”
El hombre respondió:
“Sí… pero no tengo nada contra ellos”.
El anciano con sabiduría respondió:
“Dios no te juzga solo por tus palabras, sino también por
tu corazón... y tus acciones acaban de hablar fuerte”.
Versículo clave:
“Porque Dios no hace
acepción de personas”.
Hechos 10:34
Aplicación para el cristiano:
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