Dios les
bendiga grandemente
Cápsula Bíblica
Gálatas 6:10 – Texto (RV60):
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
En griego koiné:
“αρα ουν ως καιρον εχομεν
εργαζωμεθα το αγαθον προς παντας μαλιστα δε προς τους οικειους της πιστεως”.
Palabras clave en griego koiné:
1. καίρος (kairós) – “Oportunidad”
– No se refiere al tiempo cronológico (chrónos),
sino a un momento divinamente señalado, una ventana de oportunidad que Dios
abre para actuar.
2. ἐργαζώμεθα (ergazṓmetha) – “Hagamos” (del verbo trabajar, obrar)
– Implica esfuerzo activo y continuo. No es solo
intención, sino acción constante y práctica en el bien.
3. τὸ ἀγαθόν (to agathón) – “El bien”
– Se refiere a lo que es moralmente excelente y
beneficioso según Dios, no solo humanamente bueno. Tiene connotación de bondad
piadosa y compasiva.
4. πρὸς πάντας (pros pásas) – “A
todos”
– El bien no debe limitarse; el cristiano está
llamado a hacer el bien sin parcialidad, extendiendo gracia incluso a los no
creyentes.
5. οἰκεῖοι τῆς πίστεως (oikeîoi
tēs písteōs) – “La familia de la fe”
– Literalmente: "los de la casa de la
fe". Habla de los hermanos en Cristo, quienes comparten una relación
espiritual íntima. El énfasis cae en la prioridad del cuidado dentro del cuerpo
de Cristo.
Gálatas 6:10 enseña que el cristiano debe vivir con
los ojos abiertos al kairós: cada oportunidad es una invitación divina a actuar
con compasión y justicia. Pablo exhorta a una vida activa de servicio
bondadoso, especialmente hacia los hermanos en la fe, sin descuidar al mundo en
general. Este versículo une la ética cristiana del amor universal con la
responsabilidad espiritual hacia la familia de Dios, recordándonos que hacer el
bien no es opcional ni ocasional, sino parte esencial de nuestra identidad en
Cristo.
Por favor, considere unos momentos para leer Gálatas
6:6-10 (LBLA):
6 El que es instruido en la palabra, comparta toda
cosa buena con el que le enseña.
7 No os engañéis, de Dios nadie se burla, pues todo
lo que el hombre siembre, eso también segará.
8 Porque el que siembra para su propia carne, de la
carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu
segará vida eterna.
9 No nos cansemos de hacer el bien, pues a su
tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
10 Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos
bien a todos, y especialmente a los de la familia de la fe.
Mis hermanos, con esto en mente reflexionemos tres enseñanzas
espirituales:
1. La reciprocidad en la enseñanza espiritual (v.
6).
Este versículo nos enseña que aquellos que son
instruidos en la Palabra deben ser generosos y compartir sus bendiciones con
quienes les enseñan. Se destaca la importancia de reconocer el valor de la
enseñanza espiritual y responder con gratitud.
Reflexionemos
1Tesalonicenses 5:12 Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los
que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os
instruyen,
1Tesalonicenses 5:13 y que los tengáis en muy alta estima con amor, por
causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros.
2. El principio de la siembra y la cosecha (v.
7-8).
Todo lo que el hombre siembra, eso cosechará. Si
sembramos para satisfacer los deseos egoístas de la carne, recogeremos
consecuencias destructivas. Pero si sembramos para el Espíritu, nuestra
recompensa será la vida eterna. Este es un principio que destaca la
responsabilidad personal en la vida espiritual.
Reflexionemos
Oseas 10:12 Sembrad para vosotros según la justicia, segad conforme a la
misericordia; romped el barbecho ("tierra que ha permanecido sin
cultivar durante más de un año, volviéndose compacta y obstinada, incapaz de
recibir la semilla fácilmente") porque es tiempo de buscar al SEÑOR
hasta que venga a enseñaros justicia.
3. La perseverancia en hacer el bien (v. 9-10).
No debemos desanimarnos en hacer el bien, incluso
cuando los resultados no son inmediatos. La cosecha llegará a su debido tiempo
si mantenemos nuestra dedicación. Además, se nos exhorta a extender el bien
hacia todos, especialmente a la familia de la fe. Mis hermanos, recuerden que
manteniéndonos sembrando en justicia, cosecharemos misericordia a su debido
tiempo
Mis queridos hermanos, estos textos nos invita a
reflexionar sobre nuestras acciones y su impacto eterno.
A través de la generosidad, la siembra espiritual y
la perseverancia en hacer el bien, cosecharemos bendiciones divinas,
especialmente cuando priorizamos el bienestar de los que comparten nuestra fe,
nuestros hermanos en Cristo.
Rompamos nuestro barbecho, nuestra dureza, abramos
nuestro corazón, debemos arrepentirnos y permitir que Dios nos transforme, para
luego estar listos para cosechar los frutos del amor y la justicia.
Mi amigo, será necesario abrir la dura tierra para
que la semilla "este bien sembrada" y al llegar la lluvia de Dios,
cumpla su propósito germine y de buenos frutos, uno a ciento, otro a sesenta y
otro a treinta.
Andemos en el Espíritu
Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres
"La palabra de Dios tiene Poder, es Viva y Eficaz"
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