Dios les
bendiga grandemente
Cápsula Bíblica
Eclesiastés 1:1-18 nos enseña que la vida, cuando
se vive únicamente desde una perspectiva terrenal y humana “debajo del sol”,
resulta vacía, repetitiva y sin propósito duradero. El esfuerzo, la sabiduría y
el conocimiento, aunque valiosos, no pueden llenar el vacío del alma ni ofrecer
sentido eterno. Este pasaje nos enseña que el verdadero significado de la
existencia no se encuentra en lo creado, sino en el Creador. Solo una vida
orientada hacia Dios trasciende la vanidad de este mundo y encuentra propósito
más allá del ciclo fugaz del tiempo.
Palabras clave en hebreo:
1. קהלת (Qohelet) – Predicador, Maestro
Versículo: 1:1, 1:2, 1:12
2. הֶבֶל (Hevel) – Vanidad, vapor, sin sentido
Versículo: 1:2 (x5), 1:14
3. יִתְרוֹן (Yitron) – Ganancia, provecho
Versículo: 1:3
4. תַּחַת הַשֶּׁמֶשׁ (Tachat hashemesh) – Debajo del sol
Versículo: 1:3, 1:9, 1:14
5. עָמָל (Amal) – Trabajo, fatiga, esfuerzo
Versículo: 1:3, 1:13
6. זִכָּרוֹן (Zikaron) – Memoria, recuerdo
Versículo: 1:11
7. חָכְמָה (Chokhmah) – Sabiduría
Versículo: 1:13, 1:16, 1:17
8. יָגוֹן (Yagon) – Aflicción, tristeza
Versículo: 1:18
9. דַּעַת (Da’at) – Conocimiento
Versículo: 1:16, 1:17, 1:18
10. כַּעַס (Ka’as) – Dolor, enojo
Versículo: 1:18
El Qohelet (Predicador) comienza observando que
todo es hevel —transitorio como el vapor. No hay yitron (ganancia real) en el
amal (trabajo) humano tachat hashemesh (bajo el sol). La vida se mueve en
ciclos repetitivos y el zikaron (recuerdo) de las generaciones se desvanece.
Aunque se busque chokhmah (sabiduría) y da’at (conocimiento), esto lleva a yagon (tristeza) y ka’as (dolor), porque el aumento de entendimiento también revela la futilidad sin Dios. La sabiduría sin eternidad no llena el alma.
Mis amados hermanos, meditemos tres aprendizajes
espirituales de Eclesiastés 1:1-18 :
1) La futilidad de los esfuerzos humanos sin Dios.
Eclesiastés comienza destacando la vacuidad de la
vida bajo el sol. El autor, identificado como el "Predicador"
(posiblemente Salomón según Eclesiastés 1:1 Palabras del Predicador, hijo de
David, rey en Jerusalén), observa que todos los logros humanos, sin una
relación trascendente con Dios, son vanidad. Esto nos invita a reflexionar
sobre cómo las metas terrenales y el materialismo no satisfacen el anhelo
espiritual más profundo.
2) La repetición cíclica de la vida.
En los versículos 4-7, se describe la naturaleza cíclica
del mundo - generaciones que vienen y van, el sol que se levanta y se pone, los
ríos que corren al mar, pero sin llenarlo. Esta repetición enfatiza la
monotonía de la vida cuando se vive solo con una perspectiva terrenal,
instándonos a buscar un propósito superior y espiritual.
3) La insuficiencia del conocimiento y la sabiduría
humanas.
Aunque la sabiduría y el conocimiento son
apreciados, el Predicador concluye que incluso estos logros son vanidad y
aflicción de espíritu (v. 17-18). El esfuerzo por obtener sabiduría terrenal,
sin una comprensión divina, solo conduce a más dolor. Esto resalta la necesidad
de una sabiduría espiritual que solo Dios puede otorgar.
Mis hermanos, Eclesiastés 1:1-18, nos enseña
que sin Dios, los esfuerzos humanos son vacíos.
La vida es cíclica y el conocimiento limitado, lo
que nos impulsa a buscar un propósito trascendental en Dios para encontrar
verdadero significado.
Colosenses 1:9 Por esta razón, también nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos
cesado de orar por vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su
voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual,
Colosenses 1:10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando
fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios;
Colosenses 1:11 fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para
obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo.
Colosenses 1:12 dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia
de los santos en luz.
Colosenses 1:13 Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al
reino de su Hijo amado,
Colosenses 1:14 en quien tenemos redención: el perdón de los pecados.
Santiago 3:17 Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica,
amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin
vacilación, sin hipocresía.
Santiago 3:18 Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos
que hacen la paz.
Firmes y Adelante