Dios les bendiga grandemente
La hora de la reflexión
10:34pm
Mateo 4:18 "Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores".
Cuando Jesús caminaba junto al
mar de Galilea, εἶδεν (eiden) "vio" a Simón Pedro y a su hermano
Andrés echando la red en el mar, porque eran pescadores. Pero no solo los vio
físicamente, sino que los miró con un propósito divino. Así como Dios βλέπει
(blépei) "mira con
discernimiento", Cristo vio más allá de su oficio terrenal y reconoció su
potencial en el Reino.
Entonces, Jesús les dijo: "Δεῦτε ὀπίσω μου (Deute opiso mou)" "Venid en pos de mí", una invitación que iba más allá de un simple seguimiento físico. Este llamado implicaba μαθητεία (mathēteía) "discipulado", una transformación total de vida. Jesús no solo los llamaba a seguirlo, sino a ser ἁλιεῖς ἀνθρώπων (halieis anthrōpōn) "pescadores de hombres".
El texto enfatiza que ellos εὐθέως (eutheōs) "inmediatamente" dejaron sus redes y lo siguieron. No hubo demora, duda ni excusa, sino una respuesta total a la voz del Maestro. Su disposición refleja lo que Jesús espera de cada discípulo: entrega absoluta y confianza en Su guía.
Más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, en la barca con su padre Zebedeo, remendando sus redes. De nuevo, el Maestro ἐκάλεσεν (ekalesen) "los llamó", porque el discipulado no es una iniciativa humana, sino un llamado divino. Ellos también dejaron su barca y a su padre para seguirlo, demostrando que ἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ (hē basileia tou Theou) "el Reino de Dios" requiere una entrega mayor que cualquier lazo terrenal.
Este pasaje nos enseña que:
1. Dios nos ve con propósito (εἶδεν, βλέπει), no como somos, sino como Él nos puede transformar.
2. El discipulado es una respuesta inmediata (εὐθέως), sin reservas ni demoras.
3. El llamado de Cristo es radical (ἐκάλεσεν), nos invita a dejar nuestras seguridades terrenales por una misión celestial.
4. El Reino de Dios tiene prioridad (ἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ), por encima de cualquier vínculo humano o posesión.
Hoy, Jesús sigue llamando
discípulos que estén dispuestos a dejarlo todo por Él. ¿Responderemos con la
misma entrega de aquellos pescadores, confiando en que Su voluntad es perfecta?
Con esto en mente, meditemos
cinco aprendizajes espirituales según Mateo 4:18-22:
1. Escuchar atentamente y tener
buena disposición a obedecer.
Pedro y Andrés estaban ocupados en sus labores cuando escucharon el
llamado de Jesús. Este pasaje nos enseña a mantenernos atentos a la voz de Dios
y a estar dispuestos a responder a Su llamado, aunque interrumpa nuestros
planes.
Versículo: "Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de
hombres" (Mateo 4:19, LBLA).
2. Confianza en el nuevo
propósito de Dios.
Jesús transforma el propósito de Pedro y Andrés, llamándolos a una
misión de impacto eterno. Esto nos enseña a confiar en que Dios nos llama para
un propósito mayor, dándonos una misión con valor eterno.
Versículo: "Ellos entonces, dejando al instante las redes, le
siguieron" (Mateo 4:20, LBLA).
3. Desprendimiento de lo
material y personal.
Jacobo y Juan dejan no solo su ocupación sino también a su padre, un
acto de fe y entrega que simboliza el desprendimiento necesario para seguir a
Cristo plenamente.
Versículo: "Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le
siguieron" (Mateo 4:22, LBLA).
4. Sumisión a la formación de
Cristo.
Al seguir a Jesús, los discípulos aceptaron ser moldeados y guiados por
Él. Este versículo nos recuerda que al responder al llamado, también nos
sometemos al proceso de aprendizaje y transformación en Sus manos.
Versículo: "Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de
hombres" (Mateo 4:19, LBLA).
5. Entrega radical y disposición
inmediata.
La respuesta de los discípulos fue instantánea, sin excusas ni demora.
Este pasaje nos inspira a una entrega total y radical, reflejando la urgencia y
el compromiso que requiere el seguimiento de Cristo.
Versículo: "Ellos entonces, dejando al instante las redes, le
siguieron" (Mateo 4:20, LBLA).
Mis hermanos y amigos, Mateo 4:18-22 nos enseña que el llamado de
Cristo demanda una respuesta inmediata, una confianza total en Su propósito, y
una entrega sin reservas.
Como cristianos, estamos invitados a escuchar Su voz, dejar lo que nos
ata y seguirle con todo nuestro ser, sabiendo que en Él hallamos una vida con
propósito y dirección eterna.
Versículo de inspiración: "Si alguno quiere venir en pos de Mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mateo 16:24, LBLA).
Firmes y
Adelante