Un cristiano fiel se encontraba atravesando una dura etapa en su vida: había perdido su trabajo, un familiar estaba gravemente enfermo, y la congregación donde servía enfrentaba divisiones. En oración le decía al Señor: “¿Hasta cuándo, Señor? ¿Por qué no haces algo?”. Cada día era como caminar en medio de una tormenta.
Una noche, soñó que estaba en medio del mar, con olas que lo sacudían por todos lados. En la distancia, vio a Cristo caminando sobre el agua, acercándose con paz en medio del caos. El hombre gritó: “¡Señor, si eres tú, permíteme ir a ti!”. Y Cristo le dijo: “Ven”.
Con fe, comenzó a caminar sobre las olas, como Pedro. Pero a medida que oía los truenos y veía el tamaño de las olas, quitó su mirada de Jesús y comenzó a hundirse. En su desesperación, gritó: “¡Señor, sálvame!”. Inmediatamente, Cristo lo tomó de la mano, lo levantó, y le dijo con ternura: “¿Por qué dudaste? Yo nunca te dejé”.
Al despertar, comprendió que su error había sido mirar más el problema que al Salvador. Ese sueño cambió su actitud: comenzó a orar con más fe, a predicar con más confianza, y aunque los problemas no desaparecieron de inmediato, su corazón estaba en paz.
📖 Texto base
"Mas en seguida Jesús les habló,
diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!... Entonces le respondió Pedro, y
dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas... Mas al ver
el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
¡Señor, sálvame!" (Mateo 14:27-30, RV1960)
📘Lección espiritual:
Pedro no se hundió porque el viento fuera demasiado fuerte, sino porque dejó de mirar a Jesús. El problema no era la tormenta, sino el cambio de enfoque.
En nuestra vida espiritual, las tormentas no tienen el poder de hundirnos mientras nuestra fe esté anclada en Cristo. Pero si quitamos la mirada de Él y la ponemos en nuestras dudas, temores, o sufrimientos el hundimiento es inevitable. Sin embargo, el amor de Cristo es más grande que nuestra duda. Aun cuando comenzamos a hundirnos, si clamamos sinceramente: “¡Señor, sálvame!”, Él siempre extenderá su mano.
🛐 Aplicación para el cristiano:
¿Estás atravesando una prueba? No mires el tamaño del viento, mira al Rey sobre las aguas.
¿Sientes que estás hundiéndote espiritualmente? No calles. Clama. Él escucha.
Mantén tu vista, tu fe y tu esperanza en Cristo. Solo así caminarás sobre las aguas del sufrimiento, la tentación y la duda.
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